De nada vale hacer ejercicios todos los días si no los
hacemos de forma apropiada. De hecho, lo más importante para disfrutar
de los beneficios de cualquier tipo de ejercicio, por encima de todo, es
hacerlo bien.
Para comenzar a practicar cualquier tipo
de ejercicio es necesario "educar" a nuestro organismo haciendo cambios
progresivamente. Un factor fundamental a considerar es la disciplina,
ya que no es lo mismo hacer ejercicios con la frecuencia, intensidad y
dedicación que debemos, que realizarlos porque ya no nos quedan más
excusas para hacer ejercicios. Estos elementos, la frecuencia (número de
veces a la semana), la intensidad (ligera, moderada o alta) y el tiempo
que cada vez le dedicamos al ejercicio son variables que siempre deben
tenerse en cuenta para precisar si lo estamos haciendo bien.
Comienza poco a poco
En
lo que a frecuencia se refiere, se recomienda hacer ejercicios cinco
veces a la semana, en sesiones de unos 30 minutos cada vez, comenzando
con una intensidad baja.
Si inicialmente no podemos hacer
ejercicio cinco días a la semana, porque no tenemos tiempo o porque nos
cansamos, podemos hacerlo tres días a la semana, un día sí y un día no.
Es
muy posible que al comienzo, antes de adquirir una rutina, la persona
sienta cansancio antes de completar los 30 minutos, aunque las
actividades sean de intensidades bajas. En este caso, se recomienda
suspender la práctica antes de llegar al agotamiento, tratando de “oír” a
tu cuerpo.
A buen ritmo
Si deseas
empezar a caminar o hacer otro tipo de actividad, lo recomendable es
hacerlo inicialmente a tu ritmo normal y hasta que sientas el cansancio
propio de una nueva actividad. Cuando veas que es posible recorrer esa
misma distancia sin cansarte, puedes aumentar la distancia sin modificar
la velocidad. Luego, puedes acelerar el paso sin aumentar la distancia,
de tal manera que sólo se hagan cambios en una sola de las tres
variables a la vez.
Para hacer bien el ejercicio, es necesario
vestir ropa y calzado cómodos y apropiados para la actividad que se va a
practicar. Esto es muy importante, no sólo para un mayor disfrute del
ejercicio, sino para evitar problemas innecesarios como pueden ser las
lesiones o la deshidratación.
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